La selección española ha puesto un brillante broche a su mejor año. La 'Roja' se despidió de 2008 de la mejor manera posible, victoria y gran imagen. Los hombres de Vicente del Bosque, los campeones de Europa, han vuelto a dar una lección de buen fútbol ante la Chile de Bielsa, capaz de amargar a Argentina hace unas semanas, y sigue haciendo soñar a la sufrida afición española con lo que está por llegar. Y es que ya son 28 encuentros sin perder. Esta España comienza a parecer invencible.
La fiesta del fútbol español comenzó bien, con Villa dando el primer aviso a los pocos minutos de juego a Claudio Bravo, pero pronto el encuentro se enrareció. Los hombres de Bielsa no venían de excursión y en cuanto le vieron las orejas al lobo comenzaron a enseñar las uñas. La primera parte en su totalidad estuvo marcada por la presión, factor determinante que nubló las ideas de los españoles. El partido tomó un ritmo frenético que ya no abandonaría hasta el descanso.
El combinado chileno se empleó al 110 %. Cierto es que el balón era mayoritariamente español, pero casi todas las ocasiones la posesión era completamente infructuosa. Los once hombres, incluido Suazo se implicaron en una defensa férrea como pocas. La pareja Xabi-Senna se vio superada, le costó tomar el mando, siempre que el balón llegaba a sus pies veían una sombra blanca aproximándose por el rabillo del ojo. Agobiante. Xavi se vio desplazado, sin peso específico sobre el césped, y picándose con el rival en varias ocasiones por pura frustración.
Parecía imposible trenzar una jugada, no en vano, las mejores ocasiones llegaron en buenos desmarques de Villa a la espalda de la defensa chilena. España intentaba abrir el campo, Ramos y Capdevila estuvieron fenómenos en las ayudas por su banda, pero al juego español le faltaba el otro ingrediente necesario para superar la incómoda presión del rival, la velocidad. Y en ese aspecto se atascó España, con jugadores más rápidos de pensamiento pero más lentos de movimientos.
La Selección apenas creaba ocasiones, hasta que una combinación entre Villa y Riera termina con un más que dudoso penalti sobre el jugador del Liverpool, que apenas tenía ya opciones de remate. Es justo reconocer que el árbitro estuvo bastante casero, y no sólo en esta acción. La pena máxima es convertida por el 'Guaje', que supera a Di Stéfano en el ránking de goleadores con la 'Roja' Por delante ya sólo le quedan Butragueño, Morientes, Hierro y Raúl.
Chile había hecho una gran labor hasta el momento, pero si querían sacar algo positivo del encuentro, y su actitud eso indicaba, tenían que comenzar al jugar también con el balón. No se ganan partidos sólo corriendo tras el balón. En ello se pusieron los hombres de Bielsa en la reanudación, pero pronto se evidenciaron sus carencias a la hora de sacar el cuero. Les costaba horrores hacerlo llegar a los hombres de arriba, los que sí atesoran buenas dosis de calidad y velocidad.
Del Bosque por su parte había dado entrada a Marchena, Cazorla y Reina por Albiol, Senna y Casillas. Comenzaba el carrusel de cambios. La entrada del jugador del Villarreal se dejó notar al instante. Se ganó en velocidad y, sobre todo, un efectivo más en los metros donde nos estaban ganando la partida. Durante unos minutos España recuperó el buen juego, y ayudados por las pérdidas del rival llegaron las ocasiones, principalmente en las botas de Villa. El asturiano se había dado un palizón a correr, y a los 57 minutos Del Bosque le dio descanso posibilitando la esperada reaparición de Torres.
Los chilenos lo seguían intentando, pero las fuerzas acompañaban cada vez menos, y la 'Roja' se iba encontrando cada vez más a si misma. La fiesta comenzaba a serlo de veras. Volvió el toque vertiginoso, sin especulación, mirando directamente a la portería de Bravo, interminable y desesperante para el rival, y tremendamente placentero para el aficionado. Y apareció sobre todo Xavi Hernández, el genio de la Eurocopa, para recorrer la mitad del terreno de juego, tras dejar clavado a un chileno con un regate de ensueño, y asistir a un Torres genial, que define dentro del área como lo que es, uno de los tres mejores delanteros del mundo. Era la apoteosis, un golazo que sirve de auto homenaje a un equipo que lo ha bordado este mágico año.
Quedaba aún mucho por delante, y el juego de España se relajó de inmediato. Los chilenos no estaban ya para muchos trotes después de los minutos de espectáculos que acababan de sufrir en primera persona, y el principal aliciente del encuentro eran ya los debuts de Llorente y Mata, aunque con cinco cambios realizados (Arbeloa había entrado por Puyol), sólo uno de los dos podría entrar en juego.
El ariete riojano fue finalmente el que tomó la alternativa, y tuvo una clarísima ocasión para estrenarse como goleador, pero ante la presión de un defensor su remate se marchó desviado. El encuentro era ya un monólogo español, con un Fernando Torres pletórico, aguantando el balón para la llegada de sus compañeros y dejando detalles de calidad casi en cada jugada. En una asistencia del delantero del Liverpool llegó el tercero español, obra de Cazorla con la colaboración de Carmona, que desvía el balón haciéndolo inalcanzable para su guardameta.
tomado de
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