La Liga del acordeón sufrió esta vez el estirón por arriba. Impecables en defensa y liderados por Raúl, Sneijder y Guti, el Real Madrid -que acumulaba seis KO en los últimos ocho partidos- liquidó con rara comodidad a un Sevilla sin agresividad alguna. Los de Jiménez se marcharon del Bernabéu sin apenas tirar sobre la portería de Casillas. Sólo Navas estuvo a la altura. [Estadísticas: 3-1]
La primera parte viajó el Madrid comodísimo. Y aún más cómoda fue la segunda. Los chicos del Sevilla han perdido mucho filo, les falta el carácter y agresividad que por ejemplo mostraron en los tres partidos que en este curso le dieron bandana a los blancos. Ramos dejó seco el efecto Capel por su costado, Alves anduvo perdido a banda cambiada y tampoco se encontró en su banda natural mientras la pareja de arriba -Kanouté y Luis Fabiano- no pudieron por si solos remediar los horrores de una medular que rifaba la pelotar. Incapaz de hacer correr con balón, perdieron un vagón de pelotas. Jiménez apenas tardó media hora en echar de menos el atrevimiento de Jesús Navas, que nada más entrar encaró a Marcelo y espabiló un tanto la modorra de los suyos.
El caso es que Gago, Guti y Sneijder estuvieron varios palmos por encima de sus oponentes. Les ayudó jugar más juntos, con continuos apoyos y solidarizándose en la presión sobre el rival. También ayudó que Sneijder demostró más dinamismo en esta función que en las diez anteriores. El es un claro ejemplo de la ciclotimia e irregularidad del conjunto de Schuster. Pasó de firmar un noche horrorosa ante el Valencia a labrar un estupendo trabajo ante el Sevilla. Así se las gastan en esta Liga. De una falta botada por él salió el gol de cabeza de Heinze que abrió la espita.
El Real Madrid tuvo una actuación casi impecable de sus dos mariscales de zaga: Heinze -que abrió el camino de la victoria con su gol- y Cannavaro. El italiano rozó la perfección al corte y solo tuvo un borrón en su expediente al tragarse un traicionaro bote con el que dejó a Kanouté más solo que la una ya en la segunda mitad. Por lo demás, estuvieron imponentes a la hora de la zapa y de tapar los disparos de unos desasistidos Luis Fabiano y Kanouté.
El Madrid, muy seguro atrás, se aferró Higuaín, negado ante la portería, necesitó cuatro ocasiones clarísimas de gol para hacer diana. Y Raúl, ejemplar, la media que tuvo la dejó en la red nada más producirse el empate del Sevilla. Esa es otra diferencia entre unos y otros. A Raúl le sobra para inventar goles donde no los hay mientras otros tienen bastante con no desperdiciarlos.
tomado de :http://www.elmundo.es/
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