El Milán respira gracias a Ronaldinho. El brasileño decidió el derbi de la Serie A con un golazo a lo Santillana. Un remate de cabeza potente y preciso desde una distancia sobresaliente. El centro de Kaká, desde la derecha, llegó templadito y con rosca. El Gaucho se elevó casi a la altura del punto de penalti, marcó los tiempos e impulsó el balón con dirección a la escuadra. Julio César, que minutos antes ya había sacado un zurdazo del ex azulgrana, no pudo hacer nada. Ronaldinho resucitó como futbolista paradójicamente con una suerte que no es la que mejor domina. Lo que le sacó de la élite le devolvió a ella: la cabeza.Ancelotti premió el gol y el fútbol de Ronaldinho sustituyéndole a cinco minutos del final para que San Siro (el Milán jugó anoche como local) le despidiera con una ovación. El aplauso fue atronador, la verdad. Berlusconi, que se ha apuntado a la moda de los injertos de cabello, también se levantó para homenajear al Gaucho. No era para menos. El gol de Ronaldinho nació en una jugada que él mismo inició en el centro del campo y que remató como un ariete puro. Pero además le permite al Milán meterse en la pomada y asestar un golpe duro al Inter, que ayer no sólo perdió el partido sino también el liderato. Pero para Ronaldinho fue aún más importante: el gol le permitirá sentirse de nuevo futbolista tras el calvario que pasó en sus últimos tiempos en Barcelona y en el Barça.
tomado de http://www.as.com/
1 comentario:
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