Una apisonadora. Así es Holanda, un equipo versátil manejado por un técnico que sabe arriesgar cuando es necesario y cuando no, jugar con cabeza. Ahora tienen la llave del grupo. Si pierden ante Rumanía en la última jornada dejarían a Italia y Francia, un equipo en desintegración, fuera de la Eurocopa.
Domenech empezó el partido fiel a su filosofía, esperar y esperar con la fe de que Henry pescara algún gol de la nada. Pero primero llegó el de Holanda. Sólo habían transcurrido 10 minutos cuando Kuyt remató de cabeza un saque de esquina lanzado por Van der Vaart. El delantero del Liverpool se sobrepuso al abrazo del oso con el que Malouda intentaba evitar su remate.
Era desesperante ver a Francia incapaz de reaccionar. Con el marcador en contra seguía esperando a nada. Una pena con tanto potencial en la plantilla. Con un Ribery sobresaliente, capaz de multiplicarse en el campo, y con dos bandas (Malouda y Govou) que siempre llegan con peligro.
Con tanta dinamita bleu en el cartucho y con Holanda al ralentí, Francia llegaba con más inercia que intención, y obligó (primero Malouda, luego Govou y más tarde Ribery) a lucirse a Van der Sar en tres minutos consecutivos. Fue el momento de más empuje francés. Fue Henry quien dijo la última palabra antes del descanso con un tiro desde fuera del área que salió rozando el larguero.
Robben.
Pensó Van Basten en la caseta, "¿por qué no matar el partido ante la pasividad francesa?", y dio entrada a Robben (por Engelaar), colocando a Van der Vaart junto a De Jong). Un equipo mucho más ofensivo... y una apuesta arriesgada.
Holanda perdió el sitio desorientada por el cambio y a Francia le cambió la cara. Henry desperdició en el 54 la mejor ocasión bleu. Sólo ante Van der Sar tiró la vaselina siete metros arriba...
Holanda esperaba agazapada para hacer saltar el muelle, que se disparó en el 59'. Van Persie (que acababa de entrar por Kuyt, más velocidad) culminó un contraataque fugaz de Robben. 2-0. Van Basten había ganado la apuesta.
Al partido le quedaban sorpresas. Henry acortaba distancias en el 71?. Un minuto después contestaba Robben, aprovechando un pase de Sneijder. Controló y marcó sin ángulo por la escuadra. Francia terminó con tres puntas sobre el campo. No sirvió de nada. A Holanda le quedaba otro gol en el bolsillo. El de Sneijder (91?), un tirazo desde fuera del área. Hacía 26 años que Francia no recibía cuatro goles.
Domenech empezó el partido fiel a su filosofía, esperar y esperar con la fe de que Henry pescara algún gol de la nada. Pero primero llegó el de Holanda. Sólo habían transcurrido 10 minutos cuando Kuyt remató de cabeza un saque de esquina lanzado por Van der Vaart. El delantero del Liverpool se sobrepuso al abrazo del oso con el que Malouda intentaba evitar su remate.
Era desesperante ver a Francia incapaz de reaccionar. Con el marcador en contra seguía esperando a nada. Una pena con tanto potencial en la plantilla. Con un Ribery sobresaliente, capaz de multiplicarse en el campo, y con dos bandas (Malouda y Govou) que siempre llegan con peligro.
Con tanta dinamita bleu en el cartucho y con Holanda al ralentí, Francia llegaba con más inercia que intención, y obligó (primero Malouda, luego Govou y más tarde Ribery) a lucirse a Van der Sar en tres minutos consecutivos. Fue el momento de más empuje francés. Fue Henry quien dijo la última palabra antes del descanso con un tiro desde fuera del área que salió rozando el larguero.
Robben.
Pensó Van Basten en la caseta, "¿por qué no matar el partido ante la pasividad francesa?", y dio entrada a Robben (por Engelaar), colocando a Van der Vaart junto a De Jong). Un equipo mucho más ofensivo... y una apuesta arriesgada.
Holanda perdió el sitio desorientada por el cambio y a Francia le cambió la cara. Henry desperdició en el 54 la mejor ocasión bleu. Sólo ante Van der Sar tiró la vaselina siete metros arriba...
Holanda esperaba agazapada para hacer saltar el muelle, que se disparó en el 59'. Van Persie (que acababa de entrar por Kuyt, más velocidad) culminó un contraataque fugaz de Robben. 2-0. Van Basten había ganado la apuesta.
Al partido le quedaban sorpresas. Henry acortaba distancias en el 71?. Un minuto después contestaba Robben, aprovechando un pase de Sneijder. Controló y marcó sin ángulo por la escuadra. Francia terminó con tres puntas sobre el campo. No sirvió de nada. A Holanda le quedaba otro gol en el bolsillo. El de Sneijder (91?), un tirazo desde fuera del área. Hacía 26 años que Francia no recibía cuatro goles.
tomado de http://www.as.com/
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