El Roma, que llegaba al partido con el Chelsea envuelto en una profunda crisis y con un ultimátum sobre su entrenador, Luciano Spalletti, se sacudió todos los males castigando al invencible club inglés con una goleada y una demostración de gran juego (3-1).
Ante la atenta mirada del presidente de la UEFA, Michel Platini, que asistió al encuentro para visionar el estadio que albergará la ansiada final de la Liga de Campeones, el Chelsea se distrajo quizá pensando en llegar a ese día y no consideró que el Roma era un león herido con ganas de demostrar que aún tiene fuerzas.
Para el partido que había sido considerado la "última llamada" para Spalletti, el técnico volvió a confiar en el capitán Francesco Totti para dar ánimos a un equipo que en el campeonato atraviesa un difícil momento, a pesar de que el número 10 no estaba en plena forma y seguía arrastrando problemas en la rodilla operada.
El capitán romanista hizo lo que pudo en el campo, prácticamente tocó un par de balones antes de ser sustituido a principios de segundo tiempo, pero demostró que con él en el campo, el equipo tiene mayor confianza.
Sin embargo, durante la primera media hora, el equipo de Spalletti se mostró algo lento e inseguro ante un Chelsea dueño del campo, que gozaba de largas posesiones y que impuso el ritmo blando de quien no tiene prisa, ni el estrés, por hacer resultado.
El primer aviso a la puerta defendida por el brasileño Doni lo dio el portugués Deco en el minuto 10 con un misil desde los 30 metros que el guardameta despejó como pudo.
Los jugadores del Roma no parecían saber muy bien qué hacer con el balón ante un Chelsea que estaba muy bien colocado en el campo, y que sólo dejó a Vucinic, en el minuto 15, intentar sorprender al gigante Petr Cehc con un disparo con buenas intenciones, pero poca puntería.
El Chelsea aparecía como neto dominador y apretaba con Frank Lampard que con dos disparos envenenados, en el minuto 22 y en el 31, obligó de nuevo a Doni a lucirse. No obstante, el Roma no perdió la paciencia ante el largo y tedioso control de los ingleses y aprovechó el momento justo para dar la sorpresa y adelantarse en el marcador.
Y fue el ex del Chelsea Christian Panucci quien cambió el encuentro al marcar el 1-0 al adelantarse a la retaguardia del Chelsea, que se había quedado incomprensiblemente parada, y rematar sin problemas un cruce de Joao Cicinho en el minuto 34.
Scolari no tenía alguna intención de dejarse escapar una victoria y en el segundo tiempo sustituyó a un poco acertado Malouda con la mayor potencia en ataque de Didier Drogba y con el brasileño Juliano Belletti por Joe Cole.
Pero aún se estaba colocando el equipo inglés en el campo cuando Vucinic fusiló desde los 20 metros a Cech y colocó un contundente 2-0 en el marcador.
Desde ese momento, el Roma volvió a ser el equipo espectacular de otros tiempos, casi ridiculizando al poderoso Chelsea, que desapareció del campo y se mostró incapaz de frenar al once de Spalletti.
El castigo final llegó con el hoy renacido Vucinic, que, en el minuto 58, robaba un balón a John Mikel en los 70 metros y tras una larga carrera entraba en el área y batía sin oposición, con un certero derechazo, al portero checo.
John Terry acortaba las distancias en el minuto 75, pero no fue el día del Chelsea, que cinco minutos más tarde perdía a Deco por doble amarilla y se quedaba con 10 jugadores ante un Roma que tenía el partido en sus manos.
Ante la atenta mirada del presidente de la UEFA, Michel Platini, que asistió al encuentro para visionar el estadio que albergará la ansiada final de la Liga de Campeones, el Chelsea se distrajo quizá pensando en llegar a ese día y no consideró que el Roma era un león herido con ganas de demostrar que aún tiene fuerzas.
Para el partido que había sido considerado la "última llamada" para Spalletti, el técnico volvió a confiar en el capitán Francesco Totti para dar ánimos a un equipo que en el campeonato atraviesa un difícil momento, a pesar de que el número 10 no estaba en plena forma y seguía arrastrando problemas en la rodilla operada.
El capitán romanista hizo lo que pudo en el campo, prácticamente tocó un par de balones antes de ser sustituido a principios de segundo tiempo, pero demostró que con él en el campo, el equipo tiene mayor confianza.
Sin embargo, durante la primera media hora, el equipo de Spalletti se mostró algo lento e inseguro ante un Chelsea dueño del campo, que gozaba de largas posesiones y que impuso el ritmo blando de quien no tiene prisa, ni el estrés, por hacer resultado.
El primer aviso a la puerta defendida por el brasileño Doni lo dio el portugués Deco en el minuto 10 con un misil desde los 30 metros que el guardameta despejó como pudo.
Los jugadores del Roma no parecían saber muy bien qué hacer con el balón ante un Chelsea que estaba muy bien colocado en el campo, y que sólo dejó a Vucinic, en el minuto 15, intentar sorprender al gigante Petr Cehc con un disparo con buenas intenciones, pero poca puntería.
El Chelsea aparecía como neto dominador y apretaba con Frank Lampard que con dos disparos envenenados, en el minuto 22 y en el 31, obligó de nuevo a Doni a lucirse. No obstante, el Roma no perdió la paciencia ante el largo y tedioso control de los ingleses y aprovechó el momento justo para dar la sorpresa y adelantarse en el marcador.
Y fue el ex del Chelsea Christian Panucci quien cambió el encuentro al marcar el 1-0 al adelantarse a la retaguardia del Chelsea, que se había quedado incomprensiblemente parada, y rematar sin problemas un cruce de Joao Cicinho en el minuto 34.
Scolari no tenía alguna intención de dejarse escapar una victoria y en el segundo tiempo sustituyó a un poco acertado Malouda con la mayor potencia en ataque de Didier Drogba y con el brasileño Juliano Belletti por Joe Cole.
Pero aún se estaba colocando el equipo inglés en el campo cuando Vucinic fusiló desde los 20 metros a Cech y colocó un contundente 2-0 en el marcador.
Desde ese momento, el Roma volvió a ser el equipo espectacular de otros tiempos, casi ridiculizando al poderoso Chelsea, que desapareció del campo y se mostró incapaz de frenar al once de Spalletti.
El castigo final llegó con el hoy renacido Vucinic, que, en el minuto 58, robaba un balón a John Mikel en los 70 metros y tras una larga carrera entraba en el área y batía sin oposición, con un certero derechazo, al portero checo.
John Terry acortaba las distancias en el minuto 75, pero no fue el día del Chelsea, que cinco minutos más tarde perdía a Deco por doble amarilla y se quedaba con 10 jugadores ante un Roma que tenía el partido en sus manos.
tomado de http://www.as.com/
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